Inteligencia financiera: ¿qué es y cómo es la tuya?

Establecer inteligencia financiera puede marcar una gran diferencia en su vida. Muchas personas terminan endeudándose, a menudo porque no entienden cuáles son las mejores formas de manejar el dinero.

Cuidar mejor las finanzas es un conocimiento que se puede desarrollar para que puedas tomar buenas decisiones que garanticen tu bienestar financiero.

Desarrollar inteligencia financiera te permite tener un mayor control de tus gastos y realizar inversiones. Cualquiera puede desarrollar esta habilidad, que no está relacionada con saber hacer cálculos, sino con saber administrar tus recursos.

Pero, al fin y al cabo, ¿qué es la inteligencia financiera?

Es simplemente la capacidad de administrar su dinero de manera equilibrada. Conoce tus gastos, la cantidad de dinero que ganas y poder tomar decisiones inteligentes que te brinden seguridad.

No es ser alguien que gana mucho dinero, sino alguien que sabe controlarlo. Alguien que sepa organizarse, independientemente de la cantidad de dinero que gane.

Ser alguien que sabe manejar un presupuesto, ahorrar dinero y no pasarse de su propio límite es alguien que tiene inteligencia financiera. Alguien que sabe cómo planificar su propio futuro.

Lo principal es saber que hay un tiempo para todo. Saber cuándo recortar gastos, ahorrar e invertir. Si te organizas hoy, podrás disfrutar de tu dinero de la mejor manera. Tal vez, viajar de vacaciones o incluso comprar un auto nuevo.

¿Cómo desarrollar la inteligencia financiera?

Para desarrollar una Inteligencia Financiera es necesario poner en práctica algunos hábitos. Siempre es hora de mejorar su relación con las finanzas.
Para poder controlar tu dinero, debes tener en cuenta algunas cosas, como poder hacer frente a los imprevistos que interferirán con tu presupuesto y mantener tus facturas al día.
Trate de sentirse libre de estrés financiero y busque sentirse motivado y comprometido con sus propios planes y trabajo. Piense en administrar sus cuentas y cumplir sus compromisos con compromiso.
Para que esto suceda, debe cumplir con algunas obligaciones para garantizar su seguridad.

Conoce tu realidad financiera actual

Lo primero que debes hacer es conocer tus ingresos mensuales y tus gastos fijos, cuánto gastas al mes. Es importante tomarse el tiempo para evaluarse a uno mismo.
Haz una tabla u hoja de cálculo para organizarte mejor. Es importante tener claro cuánto dinero entra y cuánto dinero sale. Toma notas y clasifícalas todas. Piensa en tus prioridades.
Así, ya te darás cuenta de qué gastos innecesarios puedes recortar en determinadas situaciones.
Este puede ser un proceso tedioso y lento, pero es extremadamente necesario para descubrir sus patrones y hábitos de gasto.
Después de comprender su costo de vida, podrá planificar a corto, mediano y largo plazo. Al saber dónde se encuentra, puede establecer una meta para el lugar al que desea ir.

Usa recursos digitales para ayudarte a organizar.

Hay varias herramientas que pueden hacer tu vida mucho más fácil y hacer que tu planificación sea menos laboriosa.
Existen opciones para aplicaciones o planillas de control financiero, donde puedes asociar los gastos de tu tarjeta de crédito o ingresar datos automáticos.
Usar una billetera digital también puede ser una buena opción. Es una herramienta que funciona como una billetera que almacena tu dinero y tarjetas de forma digital.

Cree un presupuesto mensual

Después de reconocer cómo se maneja tu dinero, ten un camino definido para alcanzar tu meta.
En primer lugar, entienda que hacer un presupuesto es prestar atención a una estimación de ingresos o gastos para un período determinado. Su presupuesto debe seguir su objetivo.
Piensa cuánto necesitas gastar en cada categoría de tus necesidades, como transporte, alimentación, agua, electricidad, internet, entre otras. Con todo organizado podrás seguir tu propia evolución.

Evita las compras a plazos

Hacer muchas compras a plazos puede estar relacionado con el gasto impulsivo. A pesar de ser una forma de compra que permite acceder a artículos más caros. Es necesario prestar atención al método de pago.

Establecer prioridades para los pagos a plazos. Establece una regla y no abuses de esta característica para no perder el control.

Más información sobre inversiones

Entender el mercado financiero puede ser más sencillo de lo que parece. En Internet, puede encontrar mucha información y reseñas. Además, los primeros pasos para aquellos que quieren empezar a invertir.

Lo importante es saber qué cartera de inversiones tiene más sentido con tus ingresos y tus objetivos.

Saber qué hacer con tus ahorros es una súper habilidad que se puede desarrollar. Siempre es momento de empezar a aprender sobre inversiones a corto, mediano o largo plazo; los que son rentables o no.

Sin embargo, es fundamental saber que la mejor inversión para quienes están construyendo inteligencia financiera es la que se hace con seguridad y planificación. Puede tomar el apoyo de su institución financiera para hacer esto.

Tener una reserva de emergencia

Al comprender acerca de las inversiones, ya puede desarrollar la capacidad de tener una reserva de emergencia. Ofrécete seguridad y los imprevistos ya no serán un problema.
La reserva de emergencia no es más que una cantidad que se refiere a la cantidad de meses de su costo de vida aplicado de manera segura y fácil de retirar. Facilitando su uso para momentos de necesidad.
Así, creas una estrategia que te ayude a controlar el manejo de tu dinero, es decir hacer un plan financiero que cuente con los gastos extras que eventualmente puedan ocurrir.
Es necesario asegurarse de que el dinero de la reserva se utilice para emergencias, luego buscar una mayor rentabilidad. Entonces, la mejor inversión para la reserva es aquella donde hay liberación inmediata.
No vale la pena tener una reserva a riesgo de perderla. Las inversiones realizadas deben caracterizarse como de bajo riesgo después de impuestos.
Se recomiendan como buenas opciones; el CDB, que tiene liquidez diaria, o el fondo DI, con una comisión de gestión baja, la Tesorería Selic o fondos de renta fija, como LCI y LCA.